Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, mandó a quemar cerca de veinte mil libros de la Biblioteca Pública de Berlín. Cuando Freud supo que habían quemado todas sus obras dijo «esto es un avance de la humanidad, tiempo atrás me hubieran quemado a mí». Freud estaba claro.
Las personas con amor por el conocimiento no son fáciles de manipular, por eso no siempre gustan a todos. Averigua quien fue Hipatya de Alejandría. Ve la película «Agora». La pasión por aprender no solo se canaliza en institutos educativos como colegios y universidades, también puede ser autodidacta, oyendo o viendo a otros. Es sed de conocimiento y desarrollo.
No todos los graduados de algo son sabios. Fíjate, Sócrates no escribió libros, dicen que era analfabeta. Él decía que la filosofía se aprende en el día a día con la experiencia directa. «Solo se que no se nada». Despertaba la pasión por aprender, hacía preguntas retadoras, lo acusaron de corromper a los jóvenes porque los invitaba a pensar. Por eso le dieron a beber la cicuta. Sus diálogos fueron escritos por su discípulo Platón.
La pasión por aprender desarrolla la autorregulación y mejora la salud. Produce emociones positivas y previene el deterioro cognitivo en la vejez. Va de la mano con la resolución de problemas y algunas habilidades sociales.
Si estás leyendo este post, es posible que tengas esta fortaleza psicológica desarrollada. ¿Tú qué crees? Piensa en eso y estamos en contacto, ¿vale?
@PsicoJulioMoreno